Born this way

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Soy como me pienses. Como me imagines. Si, eso que te imaginás exactamente.

jueves, 22 de septiembre de 2011

Un día más, rutinario como todos. Sonó la alarma tres veces, hasta que se escuchó a Berta gritar: - ¡Ya son las 7 María.. te pensás levantar? ¿O vas a faltar otra vez? ..
María despegó los párpados, sintió un cotidiano cansancio, pensó en no ir al colegio hasta que se dijo a si misma que no tenía faltas y que tenía que ir. Después de intentar consolarse diciéndose a si misma que dormiría una siesta de 8 hs, cuando regresara, como mínimo, se levantó, se vistió con su lindo uniforme en tono bordó, se peinó muy ligeramente (un invisible acá y otro allá), agarró sus cosas y salió chocándose las puertas de lo dormida que estaba. No era nada fuera de lo común esta situación, solía ser así su comienzo de mañana, de lunes a viernes. Siempre sobre la hora, y sin desayunar absolutamente nada.
Después de llegar al colegio, saludar a sus amigas y sentarse pensando, “Dios, faltan mil horas para que me vaya” de repente la ve pasar. Si, no solo pasa y se queda hablando fuera del salón, sino que entra a saludar a sus amigas. Obviamente a metros y metros de distancia de Mari, pero nada importaba. Porque verla, simplemente verle a lo lejos su extremadamente sexy cara de dormida ya le cambiaba el humor. Ya la vida era linda, sí, como en las películas románticas cuando una persona enamorada ve a su gran amor, y el fondo se llena de colores y corazones y mariposas, y aparece una música de fondo al estilo Luis Fonsi, o Sin bandera.. bueno así.
¿Cuánto hacía que le gustaba Paz? Años. Y fue todo tan raro, y tan de golpe. Sin previo aviso. Mari creía que era una chica como cualquier otra. Que le iban a gustar siempre los chicos, esos chicos cari lindos, con terribles bíceps o abdominales, por los cuales seguramente viviría sufriendo, y dejándose usar. Pero no. Tenía que aparecer ella. De la nada, y era simplemente perfecta. No había un mínimo defecto. Bueno claro que los había, pero para Mari, cada defecto lo encontraba deliciosamente original y atractivo. Como muestra de una gran personalidad. Porque así era ella, la más popular, todos la seguían. Bueno, en realidad todas las chicas la seguían, la admiraban. Y por supuesto a todos los chicos le gustaba. Ah claro, y a Mari.
Mari estuvo años primero odiándola, envidiandolá, y claro .. si era tan perfecta..¡cómo no la iba a envidiar! Hasta que un día se dio cuenta que la frase “Del amor al odio hay un solo paso” y viceversa, era demasiado literal y cierta en realidad. De golpe ahí estaba Mari, sintiéndose despreciablemente atraída hacia ella. Era algo imposible de aceptar, pero demasiado fuerte como para obviar. Hasta que un día lo aceptó. Solo que nadie más que ella lo supo. Ella y su almohada.
Y entonces? Que podía hacer  Mari? Mas que mirarla, porque si le hablaba iba a quedar tan mal al no saber que decirle. Si cada vez que la veía se quedaba paralizada, estupidizada por esos increíbles ojos marrones que la volvían loca. Que le hacían sentir un ejército de mariposas voladoras todas fumadas y descontroladas en el centro del estómago. No había mucho para hacer, más que disfrutar cada minuto compartido en las clases de gimnasia, o en los recreos. Cada conversación casual, cada comentario mentiroso como “Ah, estabas ahí.. no te había visto” “No, no paso horas mirándote de reojo viendo cada boludez que hacés” “No, no busco excusas patéticas para que me tengas que hablar” “No, no me fascina que en la clase de gimnasia llegue a mis pies la pelota de volley y te la tenga que alcanzar” “No, no me derrite tu sonrisa, ni tu mirada ni tu voz, ni nada” “NO, SI NO ME PASA NADA CON VOS”
Y así fueron pasando los años, y Mari sin saber que hacer. Cómo afrontar un amor imposible así. Como hacer para, primero aceptarlo ella misma.. Era lesbiana? Era una excepción, y solo le gustaba esta persona? Se le iba a pasar? Le iban a empezar a gustar otras mujeres? Debía experimentar con hombres, ya que cómo iba a saber si le gustaban los hombres o las mujeres si no tenía tanta experiencia? El tiempo pasaba y Mari confundida, triste, sufría, intentaba ocultar lo que le pasaba al mundo, manteniendo una apariencia de adolescente “normal”, heterosexual, que no parecía tener ningún tipo de problema amoroso mientras que las amigas vivían contándole todo tipo de experiencias y desamores sufridos … … …